A través de uno de los viajes más desafiantes de nuestro país, Transportes Aconcagua une las provincias de Catamarca y Salta en una operación minera de alto vuelo.
Tanto por la complejidad de la tarea, como por los 4700 metros de altura sobre el nivel del mar que se alcanzan en el camino.
Son 451 kilómetros los que separan el Salar del Hombre Muerto, situado en la provincia de Catamarca, de General Güemes, localidad salteña de más de 30.000 habitantes. A simple vista, la distancia puede no resultar un desafío de gran magnitud para el transporte de larga distancia. Pero el contexto y la geografía que envuelve ese trayecto, lo convierten en una odisea.
El viaje es “circular”. Una frecuencia permanente que une ambos extremos del camino y que hace difícil saber cuál es el principio y cuál el final del recorrido. La dinámica, justamente, radica en la intensidad. El cloruro de litio -algo así como el litio en su estado más puro- es cargado en el Salar y trasladado en 10 tanques líquidos que Transportes Aconcagua adquirió especialmente para esta operación. El destino es General Güemes, donde se descarga la solución y es tratada. Una vez finalizado ese proceso, el agua residual es devuelta a los tanques y transportada nuevamente hasta el Salar. Esto es así las 24 horas, los 7 días de la semana, 365 días al año.
“Nuestra empresa nace hace 70 años, en 1950, cuando mi abuelo junto a su primo decidió invertir en un camión para traer algodón desde el Chaco”. El que cuenta la historia es Nicolás Galeano, tercera generación de la familia que participa en la firma. “Con el correr de los años y el involucramiento de mi papá y mi tío, el transporte se fue diversificando al plástico, harina, cemento e incluso tanques líquidos, que es el foco de la compañía en este momento”.
“Nosotros buscamos confiabilidad, potencia y robustez, y Scania es la mejor alternativa del mercado.” Nicolás Galeano, 3ra generación de la familia a cargo de la empresa.
“La seguridad es uno de los aspectos más importantes para nuestra empresa, por eso compramos lo último en tecnología que nos ofrecen nuestros proveedores”, agrega Nicolás.
Para esta operación en particular, se eligieron camiones Scania de la nueva generación en configuración 6×4, 540 caballos de fuerza y cabinas R, una de las más grandes que ofrece la marca. El Retarder, el freno avanzado de emergencia y la alerta de salida de carril conforman un pack de seguridad extra a la
confiabilidad que de por sí prestan unidades de estas características. “Nosotros buscamos confiabilidad, potencia y robustez, y esta fue la mejor alternativa del mercado. Actualmente tenemos una flota de 200 camiones, y 120 de ellos son Scania”.
“El trayecto que realizan estos vehículos es un 50% asfalto y 50% ripio”, profundiza Nicolás en relación a las exigencias del camino. De manera complementaria, en esta zona del país, las temperaturas pueden ir de 40° centígrados en verano a -20° bajo cero en invierno, con nieve y congelamiento de los caminos. Además, claro, de vientos que pueden superar los 100 km por hora en cualquier momento del año.
“Hasta San Antonio de los Cobres el camino es asfaltado, luego se hace de tierra. Es trabado, muy dificultoso”, cuenta Aldo Chaile, conductor de uno de los camiones Scania que forman parte del convoy de 3 vehículos que por protocolo de seguridad deben viajar juntos. “La mayor exigencia la presenta la Puna. Vos respirás, pero no tenés mucha capacidad en el pulmón. Aun así, el camión se comporta muy bien aquí en la altura”, agrega.
A los 3775 metros de altura, el convoy de Transportes Aconcagua se cruza con el Tren a las Nubes; una de las mayores atracciones turísticas de la provincia de Salta. El Tren a las Nubes nació en 1972 y ocupa en la actualidad el puesto número 3 en cuanto a trenes de altura se refiere, alcanzando los 4220 msnm, siendo solo superado por la formación que hace el trayecto Lima-Huancayo en Perú, que asciende a los
5000 metros; y el tren chino del Tíbet, que rompe esa barrera y trepa a 5072 msnm. Por su parte, los camiones de Aconcagua que transportan el cloruro de litio superan a nuestro Tren a las Nubes por casi 400 metros de altura, dando cuenta del enorme desafío que enfrentan a diario.
Una operación de estas características no solo demanda un alto nivel de calidad en el producto, sino también en el servicio. “La relación con Scania no se basa únicamente en la compra de los camiones, también trabajamos el mantenimiento a través de los Contratos de R&M, donde pagamos una tarifa fija por km y desde Scania se encargan de mantener a las unidades operativas”, profundiza Nicolás
Galeano. “Esta modalidad simplifica mucho nuestro día a día, ya que el personal, las herramientas y el conocimiento los pone Scania y tenemos una confianza de hace muchos años”.
La empresa cuenta también con un “mini concesionario Scania” (CWS Customer Workshop Service) en su base de operaciones Norte, en el partido de Malvinas Argentinas, en el conurbano bonaerense. “De la mano del crecimiento del transporte en la región del NOA, estamos analizando la posibilidad de instalar un nuevo CWS en Jujuy”. La capilaridad de la red de servicios también es un rasgo que destaca
Nicolás, ya que al tener operaciones en todo el país, sus camiones son atendidos por sucursales situadas en Salta, Tucumán, Buenos Aires, C.A.B.A., entre otras.
Lo único que detiene a los camiones en su permanente ascenso es la noche, ya que, por cuestiones de seguridad, no tienen permitido continuar con el viaje. Al amanecer, el convoy de las nubes volverá al camino sinuoso, desafiante y único.
Fuente: https://ipaper.ipapercms.dk/Scania/Argentina/revista-evolucion-130-anos/
